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Es necesario discutir una política pública sobre suelo urbano y sobre producción agropecuaria

NOTA DE PRENSA. Foro “¿Ampliación de manchas urbanas o planificación?”

Los participantes en el Foro “¿Ampliación de manchas urbanas o planificación?”, organizado por varias instituciones y colectivos de la sociedad civil cochabambina, a tiempo de valorar que algunas entidades públicas estén retomando la planificación de la ciudad, interpelaron la realización de una planificación en abstracto que no tenga en cuenta lo que está ocurriendo en la realidad, a saber, el crecimiento de la acción de los loteadores, fortalecidos por la disposición de la  ley 247, de ampliar las manchas urbanas en los municipios, en el plazo de un año.

Retomar la planificación, tras años de olvido

Se valora el hecho de que la Gobernación decida desarrollar procesos de planificación pensando la organización de la ciudad en vistas a satisfacer las necesidades de toda la población de manera racional y en perspectiva de largo plazo. Desde la implantación del modelo neoliberal, se asignó un rol preponderante al Mercado, relegando el rol del Estado a un mero viabilizador de la gestión privatizada de los servicios y la vivienda. Así, la planificación urbana se convirtió en una ritualidad formal y no en una acción que aglutina de manera participativa decisiones políticas sobre lo público. Por ello, desde 1985 el mercado ha venido ganando absoluta hegemonía sobre el suelo urbano, y ello se ha dado en un contexto de acelerada migración campo-ciudad, es decir acelerado y caótico crecimiento de las ciudades.

Planificación aterrizada, no abstracta

Expositores y participantes coincidieron en reconocer que durante décadas la planificación se ha reducido a un ejercicio de elaboración de documentos que no se ponen en práctica, como un ritual para cumplir requisitos administrativos. Ahora se corre el riesgo de volver a lo mismo, si la planificación que se viene elaborando en torno a la conformación de la Región Metropolitana Kanata no tiene en cuenta los hechos reales. Y los hechos reales señalan que, por efecto de la Ley 247, los loteadores están campantes, la especulación del suelo urbano se ha incrementado, provocando un incremento en el costo de alquileres, lotes y vivienda; persiste la acelerada expansión urbana con baja densificación, con mayor dispersión y ausencia de planificación de los servicios.

Los mismos estudios previos realizados para desarrollar el plan de Metropolitana de Cochabamba sugieren una interrupción o una rígida reducción de la ampliación de manchas urbanas. Asimismo, estos estudios cuestionan la desfasada delimitación de radios urbanos o manchas urbanas, por crear en los hechos una segregación socio espacial, y proponen una intervención desde el Estado en el mercado de suelo urbano.

Impugnar la ley 247

Por ello, se exige a las autoridades del departamento y de los municipios, pronunciarse para elevar al Ministerio de Obras Públicas, Servicios y Vivienda sus observaciones a esta ley que imposibilita toda planificación, y si es el caso impugnarla. Es evidente que entre planificación urbana y exigencia a los municipios de delimitar y ampliar manchas urbanas, hay una gran contradicción.

El artículo 6 de esta ley, al ordenar a los municipios que hagan una nueva delimitación de sus manchas urbanas, impone una acción pública que, para el caso del área metropolitana de Cochabamba, fragmenta una realidad y una problemática que es integral. La planificación urbana no puede abordarse sólo desde los municipios particulares, sino como una acción articulada y coordinada en toda una región. En Cochabamba, el proyecto de conformación de la Región metropolitana es una adecuada vía para evitar esa acción fragmentada.

Especuladores y sus cómplices en las instituciones públicas

De manera alarmante se denuncia que en instituciones públicas que tienen que ver con la vivienda, existen personajes vinculados a la especulación del suelo urbano. Asimismo se percibe una complicidad entre loteadores y funcionarios públicos, haciendo más frecuentes las acciones irregulares. Se denuncia que a la tardanza del INRA en el saneamiento de predios agrícolas, se contrapone la rapidez de los loteadores.

Suelo urbano: ¿mercancía o bien público?

Para retomar la planificación en un contexto “de cambio”, es necesario plantearse en qué condiciones y sobre qué orientación y decisión política sobre el suelo urbano se hace la planificación. Si, como ha venido sucediendo en el periodo neoliberal,  el suelo urbano, la vivienda y los servicios básicos se consideran una mercancía, el rol del Estado se achica y con él la planificación. Por ello es necesario recuperar el carácter de necesidad y bien público para el suelo urbano, la vivienda y los servicios básicos, para que el Estado asuma su rol de garantizar la satisfacción universal de estas necesidades. Y la planificación adquiera un rol imperativo en la gestión de estos derechos colectivos. El tema de fondo es económico; la planificación no tendrá éxito si el suelo urbano sigue siendo una mercancía y no un bien público.

Al respecto, se debe recoger experiencias de gestión urbana que ponen como principio la propiedad colectiva del suelo, recuperando el valor de uso y no solo el valor comercial y especulativo del suelo.

Necesidad de discutir una política pública sobre suelo urbano y sobre producción agropecuaria

Dado que la planificación urbana depende de la orientación de la política económica, la solución de lo urbano pasa por la solución de lo rural. Las políticas urbanas deben ser coherentes con las políticas agrarias, para que el paso de uso agrícola a uso urbano del suelo no implique la especulación y las descomunales ganancias a privados. A partir de ello, es necesario definir una política pública coherente con la expectativa de cambio social. Aún estamos a tiempo para ello.