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“Un humedal que Inspira un Bofedal que respira”

flamencos

FLAMENCO ANDINO

Los flamencos andinos son esculturas vivientes de elegancia. Sus plumas en tonos rosados, sus patas larguísimas y su grácil andar los convierten en verdaderos íconos de los humedales andinos. Se alimentan filtrando diminutos organismos del agua con sus picos únicos, diseñados para este propósito.

FLAMENCOS ANDINOS: VIDA EN LAS ALTURAS

Los flamencos habitan lagunas salinas y alcalinas de los Andes, a alturas de hasta 4.500 metros sobre el nivel del mar. Estos cuerpos de agua, rodeados de montañas y cielos despejados, son verdaderos oasis de vida en un entorno extremo.

Para los flamencos, el agua lo es todo: les proporciona alimento, ayuda a regular su temperatura corporal y es esencial para mantener sus plumas en buen estado, lo que influye directamente en su salud y capacidad de vuelo.

¿QUÉ AMENAZA SU SUPERVIVENCIA?

Pérdida de hábitat: La minería y la extracción desmedida de agua afectan directamente las lagunas donde viven.
Cambio climático: Las sequías prolongadas y las alteraciones en los ciclos hídricos reducen sus zonas de alimentación y reproducción.
Turismo irresponsable: La presencia humana sin control puede perturbar su entorno, alterar sus comportamientos y poner en riesgo sus colonias.

¿Quieres conocer más
sobre el flamenco andino?

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¿CÓMO SE FORMAN LOS BOFEDALES?

Los bofedales se forman gracias a la combinación de suelos húmedos, vegetación resistente al clima extremo y corrientes de agua subterránea. Su origen está vinculado a diversas fuentes de agua, como:

La lluvia
El deshielo de glaciares
Y en regiones como Lípez, incluso aguas fósiles acumuladas hacen millones de años

Aunque a simple vista pueden parecer terrenos pantanosos o simples zonas con pasto, los bofedales son humedales de gran importancia ecológica. En ellos se sostiene la vida en las alturas andinas, siendo fundamentales para numerosas especies y comunidades locales.