El gobierno boliviano debe tomar la determinación de reducir el tiempo perdido y, junto al sector privado, poner en marcha la planta de litio que nos permita estar presentes en el mercado mundial de este metal.
Debemos suponer que, reconociendo esta realidad, en abril de 2021 el gobierno boliviano anunció el relanzamiento del proyecto de industrialización del litio con una convocatoria internacional para empresas que desarrollan la Extracción Directa de Litio (EDL).
El gobierno tiene previsto terminar, antes de fin de este año, el proceso de evaluación de las propuestas económicas de las seis empresas que calificaron para el proceso de EDL y firmar un contrato con la empresa que mejores condiciones económicas y técnicas ofrezca al país.
Las seis empresas internacionales que fueron seleccionadas en junio de esta gestión cumplieron las condiciones tecnológicas para la EDL, reportando una tasa de recuperación mayor al 80%, e incluso superiores al 90% en algunos casos.
Las empresas que continúan en carrera para la Extracción Directa del Litio en Bolivia son Catl Brunp & Cmoc de origen chino; Fusion Enertech, de China; Lilac Solutions, de EEUU; Citic Guoan/Crig, de origen chino; TBEA Group y Uranium One Group, de Rusia.
En julio de este año, Elon Musk, empresario, cofundador, CEO y arquitecto de productos de Tesla, Inc; invitó a los empresarios a invertir en la refinación del litio, un nicho de mercado que, según él “es como imprimir dinero”.
“Me gustaría instar una vez más a los empresarios a entrar en el negocio del refinado de litio. La minería es relativamente fácil, el refinado es mucho más difícil”, insistió Musk.
El primer semestre de este año, los ingresos de Chile por la exportación de carbonato de litio ascendieron a 3.628 millones de dólares, algo más de 100 veces que nuestro país.
Hace década y media que el gobierno trabaja en el proyecto de litio, sin los resultados esperados. Hace poco, Marcelo Gonzales, expresidente de la empresa pública Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), sostuvo que la tecnología aplicada en Uyuni entre 2008 y 2020, tenía una obsolescencia de 40 años.
Alfredo Zaconeta, analista especializado en temas mineros, se preguntó: ¿Qué logramos en 14 años de querer industrializar los recursos evaporíticos?, y respondió que no hay ninguna patente, no se tiene un proceso técnico/científico definido y el carbonato de litio con leyes de pureza en duda, no llegan al grado batería.
En la misma línea Mauricio Ríos García, experto en finanzas e inversiones, en su cuenta de twitter informó que a 9 años de la apertura de la primera empresa estatal de litio, y luego de $us 1.000 millones de inversión, en este país se produce en un año lo que otros países producen en apenas un día y medio”.
A fines de julio, Chile y Argentina anunciaron una futura reunión trilateral con Bolivia para avanzar en la producción conjunta de litio. La idea apunta a elaborar una estrategia común de gobernanza.
En el Triángulo del Litio “la producción ha sufrido a manos de gobiernos de izquierda que buscan un mayor control sobre el mineral, una mayor participación en las ganancias, y un mayor activismo de las comunidades andinas locales que temen quedarse afuera mientras los foráneos se enriquecen”, señala una publicación del Wall Street Journal (WSJ), y añade luego que esta región está “sofocando la producción del metal en un momento en que los fabricantes de baterías lo necesitan desesperadamente”.
Una revisión de la realidad mundial nos permite señalar que cada vez es más difícil contratar deuda externa, lo que obligará a los gobiernos a buscar inversión privada, que no está dispuesta a ir allí donde no se respeta la propiedad privada y donde no hayan reglas de juego claras.
El autor es Economista, licenciado en la UMSA, doctorado Ph.D. en Relaciones Internacionales de la Universidad del Salvador de Argentina, Académico de Número de la ABCE y presidente del Directorio de la UREAL.
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