El 18 de abril de 2012, el gobierno boliviano promulgó el Decreto Supremo 1203, que amplía la frontera petrolera al establecer 98 áreas reservadas para YPFB. Desde la primera ampliación en 2005, estas áreas han sido objeto de contratos de exploración y explotación por parte de empresas transnacionales, como Total E&P y Shell.
Una de las áreas destacadas es Nueva Esperanza, ubicada en el norte paceño y con una superficie inicial de 372,500 hectáreas, que incluye importantes sitios como el Parque Nacional Madidi y territorios indígenas de los Tacanas y Araonas.
En octubre de 2015, el proceso de ampliación se reeditó con el Decreto Supremo 2549, que amplió la superficie de interés hidrocarburífero a 29,966,894 hectáreas. Esto incluye la fusión de Nueva Esperanza con el área Toromonas, elevando su tamaño a 806,250 hectáreas. La exploración fue autorizada por la Resolución Ministerial N° 319 en diciembre de 2013, estableciendo los trazos tentativos para la adquisición sísmica.
Este proceso plantea serias preocupaciones sobre el impacto ambiental y los derechos de las comunidades indígenas en la región.