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Ante un probable escenario de violencia en Bolivia. Pronunciamiento de la Sociedad Civil

ANTE UN PROBABLE ESCENARIO DE VIOLENCIA EN BOLIVIA
PRONUNCIAMIENTO DE LA SOCIEDAD CIVIL

Ante un probable escenario de violencia
En noviembre de 2019, Bolivia se encontró con un momento crítico. Más allá de las elecciones y
las pugnas entre grupos de poder, la sociedad boliviana se vio envuelta en un momento de cruda
violencia, dando como resultado no solo la pérdida de vidas humanas, sino fracturas sociales,
heridas y tensiones manifestadas en una exacerbación del racismo, discriminación y
estigmatización, que distan mucho de explicar exclusivamente las causas estructurales de las
desigualdades sociales.
Ahora estamos ante unas nuevas elecciones generales que políticamente se han convertido en
el principal mecanismo para resolver las tensiones que provocaron los conflictos del año pasado.
Sin embargo, pese a haber tenido una organización solvente de esta justa electoral, con un TSE
que ofrece mejores garantías de independencia y profesionalismo, los hechos y discursos
demuestran que podríamos estar a puertas de un nuevo escenario de violencia.

Instrumentalizan la violencia como mecanismo para mantener el control del Estado

La movilización de la sociedad civil y la legítima protesta ha sido en Bolivia el principal motor de
transformaciones hacia una sociedad justa, equitativa y democrática. Desafortunadamente, la
instrumentalización electoral de esta movilización y protesta de la sociedad civil es ahora la causa
de un potencial escenario de violencia, vulneración de derechos y muertes, similar o más
dramático que el sufrido en noviembre del año pasado.
A finales del 2019, el Movimiento Al Socialismo (MAS) fue uno de los principales partidos políticos
que instrumentalizó la violencia como mecanismo para mantener el control del Estado y renovar
su mandato en el gobierno. En momentos en que una parte importante de la sociedad civil
protestaba contra el fraude electoral, el MAS movilizó, bajo una sombría estrategia de
desinformación, a sectores afines para promover violencia, buscando justificar la reelección
inconstitucional de Evo Morales.
En este escenario de violencia propiciado por el MAS y la pugna de poder, otros sectores sociales
en coordinación con partidos políticos, aprovecharon para profundizar las fracturas sociales
buscando sus propios beneficios, promoviendo discursos de odio y violencia.
La gestión violenta y revanchista de las tensiones sociales por parte del gobierno de transición,
en medio de negociaciones con las fuerzas del orden, en vez de mitigar la polarización, la
avivaron, cobrándose la vida de más personas inocentes. Todos estos luctuosos hechos aún han
quedado en las penumbras de la falta de investigación rigurosa e imparcial, y nos queda la duda
y el temor de que vayan a engrosar nuevamente las listas de la impunidad.
Durante el 2020, en momentos en que Bolivia enfrentaba la pandemia del COVID19, con miles
de muertos debido a un deficiente y colapsado sistema salud y una pésima gestión por parte del
gobierno de transición, el MAS puso por delante consignas electorales, instrumentalizando la
movilización social para imponerlas en detrimento de las vidas inmediatamente afectadas por el
desabastecimiento de oxígeno.
Ahora, a puertas de nuevos comicios que la sociedad boliviana espera no solo definan la elección
de nuevas autoridades, sino que resuelva por canales democráticos las diferentes visiones y
tensiones existentes en su interior, lamentablemente grupos y sectores sociales afines al MAS
vuelven a la lanzar la amenaza de instrumentalizar la movilización social para asegurar una
supuesta victoria de este partido, contando –además– con un escenario de alta precariedad de
las condiciones de vida, agudizada por una pandemia deficientemente administrada por el
gobierno de transición. En este escenario, sectores sociales conservadores también entran en su
juego buscando, no una salida democrática que traiga paz al pueblo boliviano, sino sacar rédito
para tener mayor capacidad de negociación con el próximo gobierno, sin importarles la
generación de mayor inestabilidad política y social.

Alertamos y hacemos un llamado
Por lo expuesto:
 Alertamos a la sociedad civil boliviana, al Estado, a las organizaciones de Derechos Humanos
nacionales e internacionales sobre este grave riesgo que enfrenta nuestro país.
 Llamamos al MAS y las organizaciones y personas con afinidad a este partido, a no caer en
esta instrumentalización electoral de la movilización y la violencia, que podría dejar
nuevamente luto y dolor en las familias bolivianas.
 Llamamos a toda la sociedad civil a no caer en acciones que lleven al enfrentamiento y la
violencia de las mencionadas estrategias o de cualquier otra.
 Exigimos al Estado y al actual gobierno de transición, no profundizar la violencia, abstenerse
de amenazas; actuar acorde a la normativa vigente y en apego estricto a los principios de
garantía de los derechos humanos, precautelando la seguridad y la vida de todos los bolivianos
y bolivianas.
 Llamamos a las organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales a observar
detenidamente el comportamiento del MAS, de funcionarios de diversos sectores del Estado
y de las distintas fuerzas políticas y actores sociales. Llamamos a ser observadores objetivos
de este crítico momento, para no contribuir, con visiones parciales o incompletas, a fomentar
la polarización y la emergencia de ciclos de violencia y vulneración de derechos humanos.
Estamos convencidos que juntos podemos fortalecer el anhelo y compromiso por la construcción
de una convivencia pacífica y respetuosa de las normas democráticas en Bolivia, que contribuya
a enfrentar eficazmente los graves problemas y desafíos que tenemos delante.

Bolivia, 15 de octubre de 2020

 

Organizaciones:

1. Centro de Documentación e Información Bolivia – CEDIB
2. Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia – APDHB
3. Asamblea Permanente de Derechos Humanos La Paz – APDHLP
4. Coordinadora Nacional en Defensa de Territorios Indígenas Originarios Campesinos y Áreas Protegidas – CONTIOCAP
5. Caritas Pastoral Social Tarija
6. Resistencia Tucabaca, Roboré
7. Asociación Nayra Pacha – ANAPA Oruro
8. PROCESO Servicios Educativos
9. Mancomunidad de Comunidades Indígenas de los ríos Beni, Quiquibey y Tuichi
10. Colectivo Mesa 18 Tiquipaya. Cochabamba

Personas:

1. Ruth Alipaz Cuqui, líder indígena Uchupiamona, Amazonía Bolivia.
2. Rubén Darío Arias Ortiz, Defensor de DDHH y el medio ambiente. Roboré.
3. Fernando Machicao Bowles. Activista. Cochabamba
4. Alex Villca Limaco, líder indígena Uchupiamona. Rurrenabaque Bolivia
5. Miguel Miranda. Defensor de Derechos Humanos y la naturaleza. Cochabamba.
6. María René Picolomini. Defensora de la naturaleza, Roboré.
7. Judith Morales. Defensora y Protectora de la Naturaleza. Oruro
8. Jorge Fulguera Rojas. Defensor y protector de la Naturaleza. Oruro
9. Martha Ortiz. Defensora y Protectora de la Naturaleza. Oruro
10. Imelda Ledezma Veizaga. Defensora y Protectora de la Naturaleza. Oruro