Después de dos meses, la cuarentena no puede sostenerse más y no se ha llegado a establecer el sistema de testeo masivo -que no es sólo tener laboratorios- ni, en la medida en que fueron anunciadas, las instalaciones de tratamiento intensivo, dotación de personal y ni siquiera su debida protección (…).
En estas condiciones salió el Decreto Supremo 4245 que independientemente de las condiciones de riesgo, libera mayormente de restricciones a la mayor parte de los rubros económicos (manufacturas, agropecuaria, minería, construcción, forestería) y sus sectores anexos o vinculados, transporte de carga y comercialización (Art. 5) de producción y abastecimiento (Art. 6), dejando de hecho a los niveles subnacionales (ETAS) la facultad de ampliar esto en sus jurisdicciones, por ejemplo Art. 8: d) el funcionamiento de las actividades de comercio, servicios y otras actividades; e) La circulación de las personas para fines de abastecimiento y atención en el sistema financiero; f) La circulación de personas menores de doce (12) y mayores de sesenta y cinco (65) años (El sector más expuesto al COVID-19!!), en función de las condiciones de riesgo, según el decreto, y también el transporte local.
«en el peor de los escenarios, podría darse un crecimiento exponencial de los casos que, más allá de colapsar el sistema de salud, podría generar una crisis política tal que amenace cualquier intento de estabilizar la situación».
