La crisis de la COVID-19 ha revelado la precariedad de los trabajadores bolivianos, afectando su acceso a servicios de salud y la estabilidad económica de sus familias. Recientemente, se ha propuesto permitir el retiro de fondos de pensiones para mitigar estos impactos económicos. Sin embargo, esta medida podría perjudicar tanto la salud como la economía familiar a largo plazo.
Un fondo de pensiones no solo es un ahorro personal, sino un sistema de seguridad social que garantiza ingresos futuros y acceso a servicios de salud. Retirar capital significaría renunciar a estos derechos y beneficios esenciales.