Los conflictos ambientales en Colombia relacionados con el modelo extractivo minero-energético tienen raíces históricas que se remontan a los años 50, impulsados por el Banco Mundial.
Este modelo, presentado por el gobierno como una solución, se basa en intereses corporativos transnacionales y ha llevado a la construcción de grandes proyectos, como las megarepresas en el Río Anchicayá y las explotaciones de carbón en La Guajira y El Cesar. Estos antecedentes evidencian la falta de atención a las comunidades y al medio ambiente en la búsqueda del desarrollo.
