Los derechos de los pueblos indígenas son fundamentales en la planificación, ejecución y control de sus proyectos de vida. La autodeterminación, como derecho político, permite que estos pueblos participen en decisiones que les afectan. La Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de Pueblos Indígenas establece la dignidad y el derecho a la libre determinación, garantizando la integridad de sus valores y prácticas.
El Estado tiene la responsabilidad de respetar y asegurar estos derechos, sin burocratización ni centralización.