La creciente demanda de hidrocarburos frente a una oferta irregular y decreciente plantea un desafío global. Los gobiernos enfrentan este problema de diversas maneras. En Europa y Estados Unidos, la falta de recursos locales ha llevado a la importación y a la exploración en zonas ecológicamente sensibles, reconociendo que los nuevos yacimientos no serán suficientes.
Estos países buscan diversificar fuentes de importación y asegurar la logística y financiación necesarias, un enfoque conocido como «Seguridad Energética». Por otro lado, los países productores, que logran cubrir su demanda interna y exportar, abogan por la «Soberanía Energética», garantizando el autoabastecimiento.