Entre julio y agosto, dos tribunales, uno en EE.UU. y otro en Inglaterra, desbloquearon cuentas de la empresa nacional Entel, previamente congeladas por la euro italiana ETI, exaccionista mayoritaria, como parte de un proceso de arbitraje contra Bolivia. Aunque injusta, esta acción es común entre transnacionales que enfrentan nacionalizaciones.
Históricamente, tras la primera nacionalización petrolera en Bolivia, Standard Oil y Gulf Oil también respondieron con demandas y congelamiento de cuentas.