La realidad energética urbana y la imagen exportadora de gas natural de Bolivia presentan un panorama atractivo para las inversiones y el desarrollo de la industria energética. Sin embargo, esta visión no refleja la situación en las áreas rurales, donde casi el 40% de la población, más de 3 millones de bolivianos, vive de manera aislada y marginada del mercado energético nacional, con niveles de desarrollo por debajo de los estándares globales.
Bolivia comienza a asumir un papel protagónico como articulador del sector energético en el Cono Sur, gracias a su ubicación geográfica como corredor de energéticos hacia Perú, Argentina, Brasil, Paraguay y Chile. El pleno desarrollo del potencial gasífero del país podría convertirlo en un eje central para la integración energética en la región.