Los defensores de los agrocombustibles argumentan que su producción podría reducir la dependencia del petróleo y abaratar los precios. Sin embargo, la realidad muestra que la dependencia, especialmente de EE.UU. y la UE, sigue en aumento, y los precios del petróleo continúan su ascenso.
Este incremento ha desencadenado una grave crisis alimentaria, con más de treinta países enfrentando «motines del hambre». Desde Haití hasta Egipto y Filipinas, estos disturbios evidencian los impactos negativos del aumento de precios de los alimentos.