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Petropress 23 | Reservas de gas ¿Están matando a la gallina de los huevos de oro?

Resumen de  la Revista Petropress 23

En 2010, el gobierno liberalizó el mercado de combustibles, incrementando el precio del diésel. Esta medida, suspendida por presión popular, evidenció la falta de autoabastecimiento y una política clara de reservas y certificación en el sector de hidrocarburos. Sin una base seria, se hicieron promesas millonarias de industrialización y exportación que no se materializaron.YPFB sigue dependiendo de las transnacionales para la producción de hidrocarburos, sin capacidad para fiscalizarlas. Esta dependencia impide una política nacionalista en el sector, mientras el gobierno fomenta acuerdos y subsidios para estas empresas, manteniendo a YPFB como un ente regulador. Las reservas probadas de gas han disminuido drásticamente, de 26,75 TCF en 2005 a 9,7 TCF en la última certificación. Este declive refleja una gestión opaca, sin explicaciones claras sobre las diferencias en los datos. La falta de transparencia genera dudas sobre las cifras oficiales y la relación con las empresas contratadas.

Aunque las exportaciones mineras alcanzaron 2500 millones de dólares, Bolivia solo percibió 180 millones en regalías e impuestos. Este desequilibrio plantea interrogantes sobre los beneficios reales para el país frente al daño ambiental y social generado por la actividad minera.

El gobierno justifica sus decisiones citando buenos indicadores macroeconómicos, celebrados por instituciones como el FMI y el Banco Mundial. Sin embargo, estos resultados no reflejan necesariamente el beneficio para la población, sino para quienes se lucran de las exportaciones de materias primas.

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