La inversión pública en Bolivia ha aumentado de 2.429 millones de dólares en 2011 a 3.252 millones en 2012, un incremento del 34%. Sin embargo, a pesar de los millonarios créditos del Banco Central para la industrialización del gas y el litio, estos proyectos no se concretan porque la estrategia gubernamental sigue priorizando la venta de materias primas.
El análisis del presupuesto revela que los sectores de hidrocarburos, minería, energía y transporte dominan las asignaciones, representando el 70% del presupuesto para sectores productivos y el 88% del destinado a infraestructura. A pesar de presentarse como un avance hacia la industrialización, este enfoque profundiza un modelo extractivista que se enfoca en la producción y exportación de materias primas.