Alicia Tejada Soruco ha denunciado recientemente la grave situación de la explotación forestal en Bolivia. Aquí publicamos íntegramente su último artículo “Se rifa la madre tierra en la oferta electoral”, antecedido por una síntesis de algunos puntos de vista presentados por la autora en publicaciones anteriores.

En Bolivia se desmontan 25 mil hectáreas cada mes… ¡casi mil hectáreas por día!; un manzano de su barrio por minuto. Según informe de la SIF-2007, de 300 mil hectáreas desboscadas cada año en nuestro territorio nacional, el 75% ocurre en el Departamento de Santa Cruz; el 20% en el Beni y Pando y el 5% en Cochabamba y Tarija.

Desde los años 60 los bosques fueron el botín de los poderes estatales y de las redes de corrupción locales que éstos fomentaron y la historia no ha cambiado mucho. La  destrucción de los bosques en Bolivia, no ocurre por la falta de mejores leyes o conceptos que incorporen los aspectos sociales: adolecemos de males institucionales e institucionalizados que nadie aún se ha atrevido a erradicar.
La recientemente creada Autoridad de Fiscalización de Bosques y Tierras (ABT), en sustitución de la Superintendencia Forestal (SIF), va por el mismo camino que en materia administrativa, ignoró la necesidad de un sistema institucional en el que se sustente y tenga validez la legislación forestal y más de medio centenar de leyes que contemplan
derechos indígenas incluidos convenios y tratados internacionales.